Nota 23 Día 11 Año 821

El silencio se ha vuelto colosal. Se transforma en mi cabeza y el susurro de un mar violento viene a mí, con la misma calidez de un tempano de hielo besando el viento que llega hasta la orilla de mi cama, hoy que ya no estas no hay con quien hablar. La guitarra se rehúsa a obedecer mis manos y mi mente sigue divagando como cuando consumía agujas por la piel o besaba sombras en la pared mohosa de mi vieja habitación.

El tiempo sigue dando vueltas en los círculos inferiores de transmutaciones estudiadas aun sin aprender; y este arsenal de historias que me estallan por la noche justo en medio de un grito, ahogando mi garganta sin dejarme respirar…

Si todo pudiera volver a la normalidad, aunque no recuerdo cómo era, sé que era mejor que hoy. Me estoy cansando de extrañar lo que desconozco aun y lo que conozco me hace querer escapar… Escapar al piano o al violín, a la guitarra… a la melodía sin letra a letra sin voz… sin voz, voz, vos, vos, vos.

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